El día 12 de
diciembre la ministra de la presidencia María Antonieta Bográn juramentó la
Comisión Tripartita encargada de negociar el incremento al salario mínimo. Esta
comisión fue integrada por la cúpula del Consejo Hondureño de la Empresa
Privada (COHEP), los dirigentes de las Centrales Obreras (CTH, CGT y CUTH) y
Jorge Bográn, titular de la Secretaría del trabajo, quien asistió en
representación del gobierno.
La negociación no
tuvo las dilatorias de años atrás y hubo que esperar apenas una semana para que
los representantes de la patronal y el sector trabajador pactaran, de forma
inédita, las variaciones salariales para los siguientes tres años. La firma de
este incremento se produjo en conferencia de prensa la tarde del 19 de
diciembre y pareció la culminación de una jornada plena de concordia y
entendimiento entre el trabajo y el capital.
El acuerdo
aprobado por la Comisión Tripartita proyecta un incremento salarial de L. 412
para el 2014, L. 465 para el 2015 y L. 503 para el 2016. En resumen, se espera
que el salario mínimo promedio que hoy se sitúa alrededor de los L. 7,007,
ascienda en 2016 a L. 8,388. Esto en el caso de aquellos trabajadores que
laboran en el sector industrial y en el sector servicio. De otro lado están los
obreros que laboran en el sector agricultura, silvicultura, caza y pesca,
quienes percibirán un salario de L. 5,114 en el 2014, apenas L.243 más que
2013. Una historia aparte se escribe en el rubro de la maquila, cuyos
porcentajes de ajuste fueron negociados en 2012 y tienen validez hasta el
cierre de 2014.
En Honduras, la
canasta básica tiene un costo superior a los L. 8,000, y la misma no incluye
otros gastos de primera necesidad como vivienda, salud, educación y transporte.
Así las cosas, con el incremento salarial recientemente aprobado el pueblo
trabajador jamás alcanzará condiciones dignas de existencia, a lo sumo seguirá
llevando una vida cargada de presiones económicas.
Sólo los
empresarios nacionales y extranjeros, los banqueros, los terratenientes y los
maquiladores tienen razones suficientes para sentirse satisfechos con este tipo
de acuerdos, pues saben que seguirán enriqueciéndose a costillas de los
trabajadores. También se beneficia el
próximo gobierno de Juan Orlando Hernández, quien durante largos tres años hará
oídos sordos al reclamo popular por mejores salarios. Igualmente se beneficia la
burocracia sindical de las Centrales Obreras que bajo la mesa habrán negociado
su presente y su porvenir a cambio de prolongar el hambre y la miseria del
pueblo hondureño. Quien pierde nuevamente con estos salarios de subsistencia es
el pobre, el obrero, el trabajador y el campesino.
Desde el Partido
Socialista de los Trabajadores (PST) rechazamos ese pírrico aumento salarial ya
que solo con el nuevo impuesto sobre venta lo absorbe, por eso llamamos a todos los trabajadores a construir una nueva dirección de las
Centrales Obreras y los que se reclaman representantes de los trabajadores,
para romper esa práctica conciliatoria con la patronal; llamamos a luchar por un aumento general de salarios propuesto por las
bases obreras; exigimos un congelamiento del precio de la canasta básica y
de todos aquellos servicios de primera necesidad; llamamos a oponernos al
salario diferenciado exigiendo igual salario para hombres y mujeres; llamamos a
luchar por el combate al desempleo reduciendo la jornada laboral a 40 horas por
semana y así contratar más gente sin menoscabo del salario; llamamos a luchar
para que la patronal cumpla con el salario mínimo y porque se garantice la
organización de los trabajadores y que estos puedan defender libremente sus
derechos y conquistas.
Tegucigalpa M.D.C. 19 de diciembre de 2013
Comité Ejecutivo del Partido Socialista de los
Trabajadores
Tegucigalpa M.D.C. 19 de diciembre de 2013
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