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El magisterio tendrá que poner en práctica su mejor
tradición
de lucha si quiere preservar la existencia de sus organizaciones.
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La reforma a la ley del INPREMA pretende capitalizar el instituto después del saqueo perpetrado por los gobiernos de turno, del golpista Micheletti y el continuista de Lobo Sosa
Por: Daniel Sponda
¿Por qué atacar al magisterio?
Desde el año 2009 con el golpe de Estado, la
derecha hondureña ha generado un agresivo relanzamiento del modelo neoliberal.
El magisterio erigió el gremio más poderoso del país, capaz de defender
conquistas importantes tales como: la estabilidad laboral, la libre
organización, gozar de beneficios que permitían una mediana tranquilidad social
y opciones para adquisición de viviendas.
El magisterio fue el único gremio que
combatió frontal y decididamente el golpe de Estado, convirtiéndose así en la
columna vertebral de la resistencia, Invirtiendo recursos humanos y económicos
como ningún otro gremio o sindicato en el país Tras la derrota negociada en el
“Pacto de Cartagena de Indias”, que permitió cuatro años de gobernabilidad al
gobierno de Porfirio Lobo Sosa, la dirección de la resistencia abandonó al
magisterio dejándolo a merced de los ataques de los sectores más derechistas
del país.
La pérdida del INPREMA, primer timbrazo de la
derrota la crisis del magisterio se agudiza a raíz de la intervención del
Instituto de Previsión del Magisterio (INPREMA) y la suspensión de 303 docentes
en el año 2010, amenazando la estabilidad laboral y atemorizando al magisterio
ante la incapacidad de la dirigencia magisterial de generar las condiciones
para salir a luchar y enfrentar la situación; sumado a esto y tal como señalé
líneas atrás, la dirección de la resistencia no movió ni un dedo para defender
al magisterio y el último elemento que termina de ubicar al magisterio como
enemigo acérrimo de la derecha es la adscripción del gremio al recién creado partido libertad y refundación
(LIBRE). No es que sea malo que los trabajadores tengamos participación
política, lo que lamentamos es que el gremio se sumó al mismo proyecto que lo
abandonó en los momentos más difíciles.
Antes de la aprobación de la nueva ley, los
docentes nos jubilábamos a los 50 años de edad y con 10 años de servicio
(requisitos mínimos) y se calculaba el monto de la jubilación con un promedio
de los últimos 36 meses de salario, lo que representaba entre un 80% y un 95%
del salario devengado al momento de jubilarse. Con la creación de la nueva ley
del INPREMA los docentes pasamos a jubilarnos con el 40% y 80% del salario
percibido al momento de la jubilación.
Para todos aquellos docentes afiliados al
INPREMA a partir de la vigencia de la nueva ley se calcularan su jubilación
tomando en cuenta los últimos 180 salarios, es decir el salario de los últimos
15 años y una edad mínima de 65 años de edad, pudiendo anticipar su jubilación
5 años, es decir a los 60 años, con el condicionante que dejara de percibir 6
por ciento de cada año de anticipo. En este caso si se adelanta 5 años dejara
de percibir el 30% de su pensión.
Lo que está claro es que si estas fórmulas no
son modificadas, los docentes están condenados a morir trabajando, ya que según
datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la esperanza de vida de los
hondureños para el año 2010 era para las mujeres 65 años y para los hombres 63
años.
Las nuevas Reformas desarticulan al
magisterio
Con la campaña electoral de 2013 muchos
docentes pensaron que la agresiva nueva ley del INPREMA seria modificada por el
régimen para gozar del favor del magisterio. En cambio al consolidarse el
fraude electoral, se vino una reforma nefasta que no solamente disminuye
derechos de los docentes, también intervine en las actividades económicas de
las organizaciones magisteriales, violentando el derecho a la libre
organización.
La reforma a la ley del INPREMA pretende
capitalizar el instituto después del saqueo perpetrado por los gobiernos de
turno, especialmente el del golpista Micheletti y el continuista de Lobo Sosa.
Esta capitalización pretenden hacerla a costillas de una nueva aportación de
los docentes llamada “Cuentas de Ahorro Previsional (CAP’s)”, la cual genera
una reducción en la cotización de los afiliados a cada organización magisterial
por un monto del 0.5 % del sueldo base, lo que viene siendo en la actualidad un
poco menos de 50 Lps. Mensuales; por otro lado, el 4% cotizado del sueldo base
que son aproximadamente Lps. 400, es desviado a la CAP de manera obligatoria.
Los docentes que no deseen estar en dicha cuenta tienen 60 días hábiles para
hacer una renuncia por escrito a partir de la publicación de la reforma,
quedando inhabilitados para retornar a la misma.
Por otro lado, la nueva reforma establece que
los docentes solo podemos afiliarnos a una organización magisterial y que las
organizaciones tienen prohibida la contratación de seguros para sus afiliados o
la creación de auto seguros, con esto elimina los seguros de vida, contra
accidentes y gastos fúnebres que gozábamos los docentes en nuestras
organizaciones.
Por si eso fuera poco, estas reformas
establecen un techo a la recaudación por concepto de cotizaciones de los
docentes de un poco menos de 7 millones de lempiras anuales por colegio
magisterial, lo que significa que las organizaciones con muchos afiliados como
el COLPROSUMAH alcanzarían este monto en 8 meses aproximadamente, convirtiendo
en ilegal cualquier cotización por parte de los docentes.
Sin lugar a dudas, los más grave de toda esta
reforma es que permite que los servicios que brinda el INPREMA como ser:
préstamos personales, préstamos hipotecarios, administración de las CAP’s y la
contratación de los seguros, le permite pasarlos a la administración privada,
lo que demuestra flagrantemente que el objetivo es entregar los recursos
económicos del INPREMA la banca privada.
La salida es
renunciar al CAP’s y reorganizar nuestras fuerzas
El gobierno ha aprovechado los abusos y
desaciertos de la dirigencia para poner a las bases en contra de sus propias
organizaciones, con esta reforma el gobierno pretende descapitalizar a los
colegios magisteriales y así mermar su poder de acción, así mismo pretende
capitalizar el INPREMA aumentando la cotización de los docentes del 12 al 18%
con la creación de las CAP’s, prometiendo dar a los maestros y maestras los
mismos beneficios que ya teníamos en las organizaciones magisteriales. Los
docente debemos tener claro que del INPREMA bajo este orden no puede generar
nada bueno, así que lo mejor es renunciar a la CAP, fortalecer nuestras
organizaciones, reagruparnos y definir un programa de lucha que permita
unificar y movilizar al magisterio.