Por: Alejandra Paz.
![]() |
La democracia obrera posibilitó la alianza entre obreros y campesinos en 1954. |
Hace 60 años los obreros de
la costa norte dieron un paso adelante para plantarse frente a las compañías
transnacionales bananeras, poniendo un basta al atropello, la explotación la
humillación y toda forma de trato degradante.
Ese acontecimiento histórico
tan importante para la clase obrera hondureña influyó también en el surgimiento
y fortalecimiento de las organizaciones campesinas que a partir del liderazgo
destacado de muchos hombres y mujeres durante la gran huelga bananera, lograron influenciar en las organizaciones
campesinas que hasta ese momento desarrollaban sus trabajos en situaciones de
total desventaja en relación al latifundio imperante históricamente en el país.
Es hasta octubre de 1961 que
surge la primera organización campesina en el sector de la costa norte que
logra aglutinar a diferentes sectores y surge precisamente en El Progreso que
también fue la cuna del movimiento obrero hondureño.
Esa organización campesina
fue iniciada con el nombre de COCEUCA y
es importante destacar entre sus principales dirigentes a Lorenzo Zelaya,
Gabriel David y otros reconocidos líderes de la huelga obrera, que aglutinaron a unos 15,000 campesinos en este
sector e iniciaron una masiva movilización y recuperación de tierras el 4 de
marzo de 1962, por lo que se proclama hoy en día el 4 de marzo como día del
campesino.
Esa organización posteriormente pasó a convertirse en la histórica Federación
Nacional de Campesinos de Honduras (FENACH) que impulsó la organización y
beligerancia de los campesinos, causando malestar en el gobierno encabezado por
Villeda Morales y dando inicio a la persecución de los dirigentes. El 30 de
abril de 1965 se perpetra la masacre del Jute, aldea de El Progreso, Yoro,
cayendo en ese acto de represión y barbarie el dirigente Lorenzo Zelaya junto a
un grupo de valientes compañeros; la historia obrera y popular reconoce este
hecho como los Mártires del Jute.
![]() |
Caerán miles de cercas hasta que el campesino alcance su liberación definitiva. |
A partir de la organización
de los campesinos, las masacres han sido permanentes, como permanente es la
necesidad de luchar por un pedazo de tierra, ya que la estructura agraria en el
país continua siendo la misma. Los terratenientes y empresas transnacionales acaparan las mejores tierras
mientras miles de campesinos se debaten entre la vida y la muerte, viviendo en
pobreza extrema.
Es en esa dinámica y por no
tener más opciones, el pasado 17 de abril del año 2012 miles de campesinos en
todo el país se lanzaron a la recuperación masiva de tierras; esta acción se realizó en
conmemoración a los trágicos sucesos del 17 de abril de 1996, cuando en Brasil
fueron masacrados 19 campesinos por defender el derecho a la tierra.
De esa manera, centenares de
hombres y mujeres han regado el campo con su sangre a manos de los
terratenientes protegidos por sus esbirros, la policía y el ejército como viene
sucediendo en el Bajo Aguan, donde un
batallón ha sido instalado para hostigar, reprimir y destruir las
organizaciones campesinas de aquel sector, llegando a estas alturas a la
tenebrosa y triste cifra de más de 96 campesinos y campesinas asesinados aunado
al clima permanente de zozobra y de guerra que mantienen en la zona contra los
que se atreven a recuperar un pedazo de tierra.
El gobierno y el INA, hasta
hoy han sido incapaces de resolver ningún caso de los que el campesinado ha
planteado, por el contrario en el 2010, el Congreso Nacional anuló el decreto
18-2008, que permitía la titulación de tierras para los campesinos, aunque
reconocen que hay unas trescientas mil
familias campesinas que urgen de un pedazo de tierra.
Las organizaciones
campesinas, hoy más que nunca continúan demandando de este gobierno una respuesta a sus
problemas, agregando a esas demandas una mayor participación y reconocimiento a
los derechos de las mujeres campesinas que desde siempre han marchado al lado
de los compañeros pero en forma invisible por que las leyes han sido totalmente
discriminantes, por lo que están exigiendo que se reconozca el derecho de las
mujeres a tener igual acceso a la tierra sin persecución ni hostigamiento como
fue el caso de la compañera Magdalena Morales.
A 60 años de la huelga del
54, los terratenientes representados por JOH tienen el visto bueno para
mantener el sistema de injusticia y corrupción que les niega el derecho de
tierra a los campesinos y campesinas; no queda más que seguir EL CAMINO DE
MAYO, EL CAMINO DE LA VICTORIA, NECESITAMOS OTRO 54 que unifique las demandas
de obreros y campesinos.