
¿Qué hay en el fondo de la creación de la Policía Militar?
La PMOP
es una rama del ejercito integrada por fuerzas elite, creada en 2013 con el
pretexto de sustituir “temporalmente” a la Policía Nacional Preventiva, que cayó
en total descredito en 2012 por destaparse su escandalosa corrupción y
confabulación con el crimen organizado. Utilizando ese pretexto, el gobierno de
Porfirio Lobo Sosa, vendió a la población la idea de que la policía seria
depurada y que mientras eso sucedía, tenía que crearse un cuerpo especializado
que la sustituyera. Pero todo fue un fraude: La depuración policial nunca ocurrió
y fue abandonada totalmente por el nuevo gobierno de JOH, quien sin embargo aprobó
la Ley de la Policía Militar y del Orden Publico en agosto de 2013.
La PMOP
no es el único grupo elite creado por el Congreso Nacional liderado por JOH; dos
meses antes, el Congreso Nacional aprobó la creación de la fuerza TIGRES (Tropa
de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad) que es un hibrido
policial-militar. Ambas fuerzas fueron entrenadas por la Escuela Jungla de
Colombia y el 7 Grupo de Fuerzas Especiales de Estados Unidos. Asimismo, otras
piezas se han movido en los últimos meses para imponer el control absoluto de
la seguridad en manos de los militares; es así que a la cabeza de la Policía
Nacional fue nombrado el oficial Félix Villanueva, partidario de la
militarización, en sustitución de Ramón Savillon, quien la resistía; y en la cúpula del Ministerio de Seguridad se
ha colocado nada más ni nada menos que a un oficial activo en las FFAA, el
General Julián Pacheco. Mientras tanto, se ha marginalizado a la Policía
Nacional Preventiva de las labores de seguridad, a tal grado que la policía
nacional prácticamente está en proceso de extinción.
Por
tanto, lo que está en juego es la total
militarización de la seguridad en Honduras, tal como se ha militarizado
muchos otros aspectos de la vida nacional (incluida la niñez en riesgo social
mediante el programa “Guardianes de la Patria”). Esto forma parte de la
política de Estados Unidos para toda Latinoamérica a fin de expandir su
influencia en la región, lo que se evidencia con la existencia de Policía
Militar en Brasil, en El Salvador, en Guatemala, etc.
La razón
de esta militarización es doble: por un lado, el régimen burgués pretende
imponer en los próximos años la más ignominiosa entrega de nuestros recursos
naturales, de nuestro territorio, y de nuestra infraestructura estatal, a
empresas privadas extranjeras; y por otro lado, el golpe de Estado de 2009 despertó
a una amplio segmento de la población al deseo de un cambio profundo en nuestra
sociedad, identificado con la Resistencia popular. Frente a esa realidad, el
régimen advierte que vienen fuertes convulsiones sociales y que potencialmente
puede verse enfrentado a una resistencia potenciada en los últimos años en
contra de los salvajes planes capitalistas. Tal realidad lleva al régimen a
pretender abolir progresivamente el juego democrático burgués, haciéndose cada
vez más autoritario y asegurar su continuidad por varios periodos más mediante el recurso de la reelección, y al
mismo tiempo crear una fuerza de choque militar capaz de sostenerlo en el poder
cada vez que el Pueblo ose rebelarse.
En otras
palabras, la Policía Militar no fue diseñada para combatir la delincuencia. Contrario
a lo anunciado por el gobierno, la criminalidad ha ido en un vertiginoso
aumento. Lo muestran las cifras independientes. La Organización Mundial de la
Salud, en su último registro apuntó que la criminalidad en el país, contrario a
lo que afirma el gobierno, está en un desalmado aumento. La estadística de 2014
cerró en más de 100 muertes por cada 100,000 habitantes y nos volvió a colocar
como el país más violento del mundo. Esto casi representa el doble de muertos
en comparación con el segundo país más violento a nivel mundial, Venezuela. Es
decir, los argumentos públicos para afirmar la existencia de la PMOP se
desploman debido a las estadísticas. La Policía Militar ha demostrado ser un
completo fracaso para combatir la criminalidad. Sin embargo, la Secretaría de
Seguridad del país se hace valer de estadísticas falsas para mentirle al pueblo
y decir que la criminalidad está bajando. Anuncian un descenso por el orden del
30% en la criminalidad en el país, cuando todo el Pueblo sabe que mienten.
Pero no
hay que engañarse. La PMOP no fracasó en combatir la criminalidad porque hayan
realizado mal su tarea, sino, porque su tarea central no es la de combatir el
crimen. Su verdadera misión es defender al Estado burgués y los intereses de
los ricos y de los gringos explotadores; y ojo con esto, no solo los intereses
de JOH, sino los de la burguesía en general, para seguir imponiendo los planes neoliberales de miseria y entrega del país.
Si bien JOH tiene interés en convertirla en su Guardia Pretoriana” bajo su
mando directo, en realidad la PMOP obedece a un mandato mas amplio que es
guardar la seguridad del orden de explotación capitalista y eso no tiene nada
de progresivo.
La
seguridad de la población les vale un comino. Muestra de ello es que desde su
reciente creación, los efectivos de la Policía Militar se han visto envueltos
en episodios delincuenciales como atentados homicidas, violaciones en masa,
robo de millones incautados, represión salvaje a manifestaciones, tortura de
niños y trabajadores, entre otras joyas.
Teniendo
en cuenta lo anterior, no entendemos de qué manera una Policía Militar creada
por lo más asqueroso del golpismo podría tener algún centímetro de positivo, menos
que menos, servir en algún sentido de beneficio para la población. Sería un
error creer que el deseo de elevar la PMOP a rango constitucional es una
política antojadiza y un capricho “personal“ de JOH en esta coyuntura; ésta hace
parte de la política burguesa en este período para asegurar los intereses de la
clase capitalista.
La política del gobierno y de la “oposición” es la misma
Por esto
es que afirmamos que, a pesar de las diferencias en el Congreso Nacional entre
un partido y otro, de fondo todos los partidos defienden la misma política, la
cual es la de la existencia de una fuerza armada que sostenga en régimen
capitalista en el país. Claramente esta es una política oportunista de parte de
esos partidos quienes temen encarar las verdaderas discusiones de fondo sobre
la existencia de la PMOP para no afectar su caudal electoral en las próximas
elecciones. Caso que se vuelve aún más alarmante en el caso de LIBRE por ser un
partido que reivindica luchar contra el capitalismo, pero su política va
orientada a sostener a la PMOP, gendarme al servicio de la burguesía. Atrás han
dejado su lema de “Que los militares regresen a sus cuarteles” pues ahora los apoyan
para que militaricen la seguridad pública.
Por eso
preguntamos a la cúpula de LIBRE: Cuando la PMOP sea utilizada para asesinar
campesinos y luchadores sociales, cuando ésta reprima salvajemente las
movilizaciones, cuando la PMOP sea utilizada para encarcelar a la misma
militancia de la Resistencia, ¿aceptarán su cuota de responsabilidad? ¿Seguirán
sosteniendo su política de apoyar la existencia de la PMOP? Su política de
apoyo a la PMOP pone al gobierno en una clara ventaja para repetir la
lamentable época en la década de los 80’s. Por eso decimos que no será con estos
partidos que haremos una verdadera oposición a la Policía Militar, mucho menos
avanzaremos en la eliminación del orden burgués en Honduras.
Además,
cómo podríamos confiar en las bancadas de “oposición” cuando anteriormente han
votado a favor de las medidas de los cachurecos, como la elección de la Junta
Directiva del Congreso [PL], del Presupuesto General del 2015 que recorta
fondos a salud y educación [LIBRE] o cambian sus votos por puesto en
instituciones estatales como el IAIP [PAC]. Por eso no nos debe sorprender que
valiéndose de estos partidos oportunistas, los cachurecos obtengan los 86 votos
que necesitan para elevar la PMOP a rango constitucional. Y otra vez regresarán
argumentando que esto fue resultado de “diputados que no se centralizaron a la
línea”, cuando en verdad lo que refleja es que estos partidos los dirigen
burgueses y oportunistas sin principios.
¡Sólo la organización y movilización del pueblo traerá
seguridad!
La
criminalidad no es producto de la casualidad. Es el resultado de la pobreza en
la que se encuentra sumergida nuestra sociedad. No es casual que los países en
las más graves crisis económicas y con mayor desigualdad social, sean los que
poseen mayores índices de criminalidad. Esto es así porque la criminalidad es
un problema del sistema capitalista. La única forma de combatir la criminalidad
es dándole mejoras sociales y mejores condiciones de vida para la sociedad. Por
eso la solución a la criminalidad no reside en llenar de armas y balas la
sociedad, sino, llenarla de personas con pleno empleo, de escuelas, hospitales
y demás. Sí las condiciones económicas en nuestra sociedad no fueren tan
adversas, sería menos las personas que se ven empujadas a la criminalidad como
resultado de la crisis económica. Aquí se cumple la famosa frase de Rosa
Luxemburgo “el único camino que le quedan a la sociedad son el socialismo o la
barbarie. No hay otros”.