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Movilización estudiantil 10 de julio 2016 Tegucigalpa |
Por Carlos A. Lanza
Ha concluido la segunda etapa de la lucha estudiantil, la
primera fue la llamada etapa del “Pre-dialogo”, a esta última se le conoce como
la etapa del “Diálogo”. Ambos procesos dejaron lecciones valiosas no sólo para
el movimiento estudiantil del país, sino para el conjunto del movimiento
popular. Me propongo, en este trabajo, extraer algunas lecciones de esta gesta
que con buen tino, el historiador Guillermo Varela denominó “La primavera
hondureña”. Advierto que estas opiniones las he construido desde afuera del conflicto,
si bien es cierto, estuve cerca de los acontecimientos, no puedo afirmar que
los viví desde adentro, digamos que fui un militante solidario, un encapuchado
del pueblo que se contagió con la rebeldía estudiantil, creo que eso me da la
autoridad moral para esbozar estas lecciones que pueden ser enriquecidas o
debatidas por docentes y estudiantes que vivieron con toda intensidad esta
memorable lucha.
1. La victoria más grande de esta lucha es la fortaleza
estudiantil.
La ganancia de este movimiento no reside en los acuerdos firmados, de ello
hablaré más adelante, la victoria más importante está en la fortaleza
organizativa del movimiento, su beligerancia y su unidad en medio de las
diferencias. El MEU salió fortalecido y está fortalecido, tiene capacidad de
revertir cualquier maniobra de las autoridades universitarias y prueba de ello
es que el jueves 4 de agosto, algunos docentes quisieron imponer una “Tabla
valorativa” cuestionada en los acuerdos firmados, el MEU sólo llamó a un
plantón frente al Edificio Administrativo y todo se resolvió. Este hecho nos
habla de un MEU con autoridad, que se hace respetar y que tiene capacidad de
respuesta. Esta fortaleza de la que hablo es la que puede garantizar la
victoria definitiva en relación a los acuerdos firmados.
2. Los acuerdos son buenos pero pudieron ser mejores
Creo que en el “Pre-dialogo” como en el “Diálogo” los estudiantes avanzaron,
lograron acuerdos importantes, incluso alcanzaron acuerdos más allá de lo que
se habían propuesto pero la coyuntura daba para ir más lejos, así lo hice ver
en un artículo que publiqué bajo el título “UNAH: después de la firma, ¿cuál es
la perspectiva? Con todo respeto a la conducción del MEU creo que golpearon
fuerte pero pudieron noquear en la firma. Es cierto que la firma del acuerdo
más grandioso no garantiza nada porque también puede ser incumplido, pero nos
pone en mejores condiciones para luchar y exigir su cumplimiento. Puntualmente,
creo que en la firma de los acuerdos pudo quedar establecida la derogación
definitiva de estas normas académicas neoliberales y antidemocráticas. Ahora la
moneda está en el aire, las autoridades se jugaran a realizar un maquillaje de
estas normas, pelearan porque en ellas quede la sustancia de lo más retrogrado
y lesivo para la comunidad universitaria. Esa mesa será sumamente incomoda, las
autoridades alegarán permanentemente que lo que el MEU propone no es parte de
los acuerdos, en fin, vendrá una etapa de boicot y enredos que pudo facilitarse
si los acuerdos hubiesen sido más claros y contundentes como la coyuntura lo
dictaba. La ventaja que tiene el MEU es que todavía puede resolver con la lucha
lo que no pueda resolver en la mesa. Por eso no insisto en afirmar que la
victoria más grande de este movimiento está en su fortaleza organizativa y su
capacidad de movilización.
3. Democracia estudiantil con métodos obreros.
La asamblea es un método clásico de la clase obrera, es el espacio donde la
base decide, controla y dirige su lucha. El MEU asumió el método de la asamblea
y la consulta a la base como el método privilegiado para tomar las decisiones
más trascendentes como aquella donde se le preguntó a la base si continuaban en
la lucha o retornaban a clase en momentos en que se anunció el cierre del
Período Académico para la Carrera de Odontología. Sé que presionados por la
lucha, hubo sectores dentro del MEU que quisieron abortar la democracia
estudiantil, pero afortunadamente la decisión de que la base decidiera puso
orden en la toma de decisiones. La democracia estudiantil fue la que permitió llegar
lejos en esta lucha. Creo que se debe mejorar la toma de decisiones con los
Centros Regionales, existe la tendencia a que la universidad central se
atribuya el derecho de decidir por las regiones, esto debe superarse porque las
regiones tienen una asentada trayectoria de lucha que debe respetarse. Ninguna
diferencia en la lucha debe ser motivo para imponer antidemocráticamente una
decisión. Por ahora me quedo con lo progresivo de esta democracia que permitió
organizar a todas las facultades de la UNAH en todos los espacios donde
funciona; este es un hecho inédito que nunca habíamos visto en las últimas
décadas; por lo menos, puedo decir con certeza, que ningún frente estudiantil
de derecha o de izquierda había logrado hacerlo. El MEU, indudablemente, es la
nueva FEUH, le faltará aún aquel carácter revolucionario de la FEUH de los años
setenta y Ochenta. Pero se trata de vivir coyunturas y aprender de ellas y el
MEU lo está haciendo. Se requiere de un sostenido proyecto de formación
política.
4. Una gran oportunidad para la reorganización docente en la
UNAH
Después de un largo período de sometimiento y donde los docentes fueron
indiferentes ante lo que ocurría en la UNAH, empezamos a visibilizar, al calor
de la lucha estudiantil, a un sector de académicos serios, valientes,
comprometidos y sensibles que me llenaron de orgullo. Un auténtico académico
tiene que ser coherente: el procesamiento racional del mundo y de la vida debe
ser el soporte para su percepción crítica de la realidad. Ha dado vergüenza como
académicos de renombre que antes destacaban por su lucidez y compromiso, hoy
razonaban como idiotas aferrados a las faldas de un poder que se regodea en la
mediocridad. Creo que este es el momento para que los docentes conscientes de
todas las facultades organicen un fuerte movimiento de oposición para acabar
junto a los estudiantes con este proyecto de universidad que niega el
desarrollo de la ciencia y la cultura.
5. La lucha continúa y el movimiento popular no lo entiende.
Más allá de los comunicados y los encendidos discursos en los mítines, las
organizaciones del movimiento popular fueron incapaces de gestar un movimiento
de solidaridad plenamente orgánico con el MEU. Esta no era cualquier lucha, ha
sido el combate más feroz contra la implementación del modelo neoliberal en la
educación superior. El magisterio no lo pudo detener este lesivo proyecto en el
sector Medio porque casi nunca pensó en la educación, pensó en sus beneficios,
pero estos muchachos perdieron hasta un período académico para detener este
monstruo del neoliberalismo, no lo han eliminado pero por ahora consiguieron
pararlo. La lucha sigue y no podemos dejar solo a estos muchachos y muchachas.
Ahora se abre la batalla en la mesa para sostener estos acuerdos, el MEU tendrá
que recurrir a la movilización porque el virus del neoliberalismo sigue allí y
porque esas autoridades universitarias son enemigas de una universidad pública,
popular y democrática. El movimiento popular está en la obligación de gestar un
gran movimiento de solidaridad para defender nuestra universidad, el MEU tiene
esa claridad pero las organizaciones del pueblo no entienden aún lo que nos
estamos jugando en la UNAH.
8 de agosto de 2016