LA INSCRIPCION DE JOH Y EL DOBLE JUEGO DE LA
“OPOSICION”
En diciembre pasado JOH
logró inscribirse para participar en las elecciones primarias y generales de 2017, en abierto desacato a la
Constitución de la Republica. Este logro del gobernante es una derrota política
del Pueblo hondureño y en especial del pueblo indignado. Tal desenlace tiene
responsables con nombre y apellido. Destacan en primer lugar los líderes de la
llamada “oposición política”. Salvador Nasralla inicialmente sorprendió con
declaraciones mediáticas, llamando a “salir a las calles”, pero todo se quedó
en fanfarronadas que nunca puso en práctica; después se descubrió que había
negociado con JOH un cargo en el Instituto de Acceso a la Información Publica,
por lo menos. Por otro lado, dirigentes del PINU, del Partido Liberal (como Enrique
Ortez Colindres), y algunas corrientes de LIBRE (como Rasel Tome) dejaron atrás
sus llamados a la “desobediencia civil” para ilusamente pedir a la cúpula de
las Fuerzas Armadas --la misma que dio el Golpe de 2009-- que “defiendan la
democracia”; se han quedado con los colochos hechos porque, obvio, la cúpula
militar es la principal aliada de JOH.
Pero
la cúpula del Partido LIBRE es la que más se ha acercado a las posiciones del
gobernante y, por tanto, ha sido la más oportunista: Desde un inicio no
tuvieron vergüenza en coincidir con JOH en defender el “derecho” a la
reelección, con la diferencia que lo hacían demandando un plebiscito; era obvio
que tal mecanismo nunca prosperaría en el Congreso ni en la Corte Suprema
porque en el primero la oposición no tiene los números necesarios para
aprobarlo, y en la segunda, sus magistrados todos son borregos de JOH. La
dirigencia de LIBRE siempre lo supo y, sin embargo, se negó a exigir el
plebiscito sistemáticamente en las calles. Eso significa que fue un
planteamiento para venderle un discurso a su militancia, mientras que su real pretensión
siempre fue que Mel se postulara para enfrentar a JOH en las urnas. Fue por esa
razón, que ni LIBRE ni el FNRP movilizaron seriamente a sus bases para luchar
contra la reelección cuando tenían posibilidades de hacerlo.
La
buena noticia es que hubo una importante resistencia a esa política dentro de su
partido, que obligo a su líder Manuel Zelaya a renunciar a su pretensión
reeleccionista, al menos por esta ocasión. A pesar de eso, la cúpula de LIBRE
sigue haciendo su doble juego, declarándose, por un lado, opuesto a la
reelección y, por otro lado, negociando con los cachurecos algunos cargos en el
Tribunal Superior de Cuentas, a cambio de la aceptación de las “candidaturas de
consenso”, que fortalecieron la candidatura de JOH dentro del Partido Nacional.
Como siempre, Mel dice una cosa y hace otra, en contubernio con el
cachurequismo.
ELECCIONES
DE BURRO AMARRADO Y TIGRE SUELTO
Para
colmo, aunque la estrategia de la “oposición” burguesa se centra en ir a las
elecciones a disputar el poder a JOH, no luchan porque ese proceso electoral
sea un proceso que reúna las condiciones mínimas para que sea confiable. Tomando
en cuenta la experiencia de 2013, cuando JOH le arrebató el triunfo a LIBRE, a
través de un fraude electoral, sin que éste hiciera nada para impedirlo, lo
menos que podría esperarse es que los “opositores” demanden reformas profundas
a la Ley Electoral para que todos los partidos tengan representante en el
Tribunal Supremo Electoral, que haya segunda vuelta, que haya voto electrónico,
que se depure el censo electoral, etc. Pero contrario a ello, los partidos
“opositores” se disponen a participar alegremente en las próximas elecciones
sin que hayan demandado seriamente dichas reformas.
La
fanfarronada de que “si JOH se inscribe y si no hay reformas electorales, no
iremos a las elecciones”, quedo en nada. De hecho, no se ve por ningún lado una
estrategia de lucha seria de protesta callejera para democratizar el próximo
proceso electoral. Incluso, los partidos “opositores” traicionaron su propia palabra,
pues inicialmente afirmaron que no apoyarían la Ley de Financiamiento de los
Partidos si no se hacían reformas integrales y terminaron haciéndolo, sin que
dicha condición se hubiera cumplido. Todo indica que la real estrategia de la
oposición es conducir al pueblo al matadero fraudulento que le tiene preparado
JOH, haciéndole creer que podrá superar el fraude simplemente con ir
masivamente a las urnas… Lo mismo le dijeron a sus bases en 2013, con el
desastroso resultado que ya es historia.
LAS
RAZONES DE LA VERGUENZA
La
pregunta clave es: ¿Por qué actúan así estos partidos? La respuesta tiene que
ver con su naturaleza de clase.
Desde
el punto de vista de su programa, tanto JOH como algunos partidos “opositores”
coinciden en la necesidad de mantener el sistema capitalista y su modelo
neoliberal. El Partido Liberal, el PINU y el PAC, por ejemplo, casi siempre han
votado a favor de las iniciativas neoliberales propuestas por el gobierno. Todos
ellos son empresarios, millonarios o son mandaderos de estos. Así que lo único
que diferencia a estos “opositores” de JOH, es que aquellos quieren participar
de los beneficios de esos negocios, algo que el gobernante tiene reservado solo
para su círculo de allegados, y estos se lo disputan; pero si ellos fueran gobierno,
procederían de manera similar. En ese sentido, esos partidos son más cercanos a
los intereses de JOH que a los intereses del Pueblo hondureño explotado.
La
excepción había sido el partido LIBRE, un partido surgido de la resistencia
anti neoliberal. Sin embargo, con el tiempo, sus diputados y regidores ceden
cada vez más ante el neoliberalismo. Por ejemplo, en el Congreso Nacional
varios diputados de LIBRE se “han dado vuelta”, aprobando políticas que son
lineamientos de JOH, lo que se expresa en el apoyo que han dado a algunos
decretos, como el de las “ciudades modelo”, reformas al Código Penal, proyectos
de presupuesto nacional, políticas de seguridad o a favor de funcionarios de la
Corte Suprema de Justicia, etc. Por otro lado, en diversas municipalidades los
y las representantes de LIBRE aprueban políticas neoliberales como concesiones
mineras (eje: Guayape, Olancho) o el concesionamiento del peaje (eje: El
Progreso, Yoro), y a nadie se le expulsa o se sanciona por hacerlo.
Esto
ocurre porque, en el fondo, LIBRE también es un partido burgués, que en lo
único que se diferencia del resto es en su discurso “populista” y en la
velocidad con que aplica el neoliberalismo, pero no es un partido que se atreve
a afectar la propiedad privada capitalista en ninguna parte del país.
Además
de esa razón de clase, también hay una razón de diz que “realismo” político. Si
los partidos de la “oposición” burguesa, actuaran liderando un potente
movimiento de desobediencia civil contra la reelección y por la democratización
del proceso electoral, tendrían que hacerlo con métodos de lucha popular, como
tomas masivas, paros cívicos o insurrecciones populares; con lo cual,
fácilmente podrían estar a la cabeza de una revolución democrática, con masas
sedientas de justicia social a sus espaldas. Pero todo burgués teme desatar una
insurrección, porque en esta, las protagonistas son las masas populares, y no
ellos, y porque en toda revolución siempre los obreros toman las empresas, los
campesinos, indígenas y pobladores recuperan las tierras, y ni Nasralla, Mel
Zelaya o Enrique Ortez Sequeira permitirían que eso suceda. Así que mejor no
radicalizan las cosas y se limitan a hacer “oposición” de papel y de show
mediáticos.
¿ALIANZA
OPOSITORA PARA OBTENER VOTOS O PARA LUCHAR?
Muchos
compañeros y compañeras deseosos de que acabe este régimen opresor, depositan
su esperanza en que la unidad de los partidos opositores en una gran “Alianza” será
capaz de derrotar a JOH en las elecciones, y que el fraude será derrotado
llenando las urnas de votos. Lamentablemente, la cuestión no es tan sencilla.
En
primer lugar, el problema principal con JOH no es la persona en sí, sino su
proyecto neoliberal; si los miembros de la Alianza que lo va a sustituir, por
separado se han comportado afines al neoliberalismo ¿entonces, qué diferencia
habrá? Hasta ahora, los “aliados” no han puesto en claro en que consiste su
proyecto de gobierno y está cuesta arriba que implique retroceder en todas las
medidas neoliberales que este gobierno ha aprobado… con su apoyo!
En
segundo lugar, como hemos dicho, hasta ahora los “aliados” no han hecho méritos en la
práctica para ser considerados una alternativa confiable contra JOH, pues
mientras dicen oponerse a este, por detrás negocian con él y no sacan sus
fuerzas para pelear contra éste en las calles. Eso deja mal parada su
credibilidad política.
Para
el PST, la verdadera Alianza opositora debe hacerse para luchar en las calles y
no solo en las urnas. No hay que esperar enfrentar al gobierno con votos hasta
noviembre de este año, sino que debemos enfrentar sus políticas de hambre y
miseria desde ahora. Sobran las causas para salir a dar la pelea, en especial
contra las medidas neoliberales de entrega del país, o por aumento salarial,
tierra para los campesinos-as, o defensa de la educación pública, entre otros. Una
Alianza Opositora que solo se centra en pedir votos para “caras bonitas”, y no
en luchar contra la política neoliberal del régimen, ni exige nuevas reglas del
juego electoral, solo le hacen un gran favor al gobierno cachureco para
legitimarse.
Para
sacar al gobierno usurpador de JOH, son necesarias tres cosas:
Primero,
que la Alianza opositora no se centre en el protagonismo de los partidos
burgueses, que como hemos visto, han demostrado incoherencia y oportunismo,
sino en las organizaciones de base obreras, campesinas, indígenas y
estudiantiles. Dichas organizaciones tendrían que unificarse en una
Coordinadora Nacional de Oposición Popular, en la que pueden estar los partidos
que demuestren con hechos su disposición de hacer acciones concretas para
provocar la salida de este gobierno.
Segundo,
que esa coordinación se articule alrededor de un Programa de Lucha que sea
decidido o votado por las bases de los movimientos sociales, y no impuesto
desde las cúpulas; nosotros proponemos que ese programa debe ser anti
neoliberal y anti capitalista, levantando las principales exigencias del
pueblo, y que sea la consigna de “FUERA JOH” la que lo encabece, seguida de la
exigencia de una Asamblea Constituyente.
Tercero,
debemos quitarnos de la cabeza la idea de que a JOH se le derrotara en las
urnas, esperando de brazos cruzados hasta el mes de noviembre de este año;
debemos estar claros que se le derrotará en las calles desde ahora mismo, ejecutando
un PLAN DE LUCHA, que incluya jornadas de protesta populares masivas, paros cívicos,
movilizaciones, destrucción de la propaganda del candidato ilegal, huelga
general, tomas de tierras etc.
El
reto está planteado, y llegó la hora de tomarlo.
Artículo publicado en la edición 122 (febrero de 2017) del periódico "El Trabajador" prensa oficial del partido Socialista de los Trabajadores.