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Katia Lara directora hondureña |
Como ocurre cada año durante una semana del mes de marzo, del 10 al 17 acaba de realizarse la edición número 32 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), en Jalisco, México. El documental “Berta vive”, de la directora hondureña Katia Lara Pineda, acaparó una mención especial.
El documental relata la lucha que
llevó a cabo la compañera Berta Cáceres contra la instalación de una represa en
el río Gualcarque y que acabó con su muerte, a manos de sicarios vinculados a
la empresa Desarrollos Energéticos Sociedad Anónima (DESA) y de las Fuerzas
Armadas. Este asesinato, ocurrido la madrugada del 2 de marzo de 2016,
conmocionó a la sociedad hondureña y a diversas organizaciones del globo
terráqueo, fundamentalmente ambientalistas, quienes aún siguen reclamando
castigo a los responsables del crimen.
La vida y obra de Berta Cáceres
resulta apasionante y es normal que Katia Lara se haya interesado en ella. En
1993, junto a Salvador Zúniga, fundan el Consejo Cívico de Organizaciones
Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), hasta hoy una de las organizaciones
más importantes del movimiento popular hondureño, y que desempeñó un papel de
primera línea a lo interno de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular
(CNRP), una instancia de lucha unitaria que en más de una ocasión amenazó la
continuidad burguesa del país. En el marco de esta experiencia, Berta Cáceres
fue nombrada, previa consulta a las bases, candidata a Designada Presidencial
en la Candidatura Independiente y Popular (CIP) que lideraba el sindicalista
Carlos H. Reyes, junto a destacados compañeros como Maribel Hernández y Carlos
Amaya. La CIP fue una candidatura para la lucha y cuyo programa enlistaba las
mismas demandas de los sectores populares. Tras el golpe de Estado de 2009,
Berta Cáceres se sumó de modo vehemente a las jornadas de lucha de resistencia.
Se opuso a la firma del Acuerdo de Cartagena (2011) advirtiendo que ahí se
fraguó la mayor traición contra el movimiento popular hondureño, al tiempo que
condenó la conversión del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) a partido político. Sus últimos años de vida
los construyó enfrentando al gobierno, a las empresas privadas y
transnacionales, y su política de saqueo de la riqueza nacional.
Sin duda que serán necesarios muchos
documentales para resumir la vida de Cáceres, pero pocos directores con la
solvencia y capacidad de Katia Lara para retratarla en toda su grandeza. Lara
es una de las profesionales que más aportes ha hecho a la producción
audiovisual local. Egresó de la ENAP y estudió Comunicación en la UNAM de
México, para recalar con los años en la Escuela de Cine de Eliseo Subiela de
Argentina. Su pequeña empresa “Terco Producciones” dispone de una amplia filmografía
entre la que destaca “Quien dijo miedo” (2010), “Margarita Murillo” (2015) y
“Berta vive” (2016), el documental con el obtuvo una mención especial en el
FICG.
Reciba Katia Lara del conjunto de la
militancia del Partido Socialista de los Trabajadores nuestras mayores muestras
de admiración y respeto por los logros alcanzados. Nuestra emoción por la
obtención de esa mención especial en el 32º FICG es mayor incluso que la
experimentada por cualquier hincha de futbol que ve ganar a su equipo ante un duro
rival en alguna cancha lejana y hostil.
No desesperemos Katia. Puede que la
noticia de la mención especial no figure en la tapas de los periódicos locales
y en la agenda de los noticieros. Ellos son los medios de comunicación de la
burguesía y poco o nada entienden de arte y cultura. Ya llegará el día en que
los artistas nacionales que triunfan en el extranjero serán recibidos con
alegría en el aeropuerto como a los futbolistas.